La sonrisa, resultado de un estado de bienestar o placer, todo un desafío de nuestro propio cerebro.
Los primeros estudios sobre la sonrisa se remontan al siglo XIX, cuando el científico francés Duchenne de Boulogne utilizó el electrodiagnóstico y la estimulación, descubriendo que la sonrisa esta controlada por dos conjuntos de músculos; los músculos zigomáticos mayores y los orbicularis oculi.