Un depósito dental es una tienda que se encarga de la importación, distribución y venta de material dental tanto para clínicas dentales como para profesionales de la odontología.
La historia de la Odontología está ligada a los depósitos dentales y no se puede entender sin su labor. Los depósitos dentales apoyaron en sus comienzos, incluso, los movimientos en pro de la dignificación del ejercicio del arte del dentista. La labor de odontólogos y estomatólogos se completa gracias a la tecnología y el equipamiento que proporcionan los depósitos dentales.
En la actualidad, existen gran cantidad de depósitos dentales y algunos incluso están dedicados a ramas como la ortodoncia, por ejemplo, siendo así capaces de una mayor especialización en materiales. Pero ¿Cómo surgieron los depósitos dentales? ¿Cómo han evolucionado en el tiempo? ¿Lo han hecho a la par que la profesión?
Historia del depósito dental en España
Según el estupendo artículo del Dr. Julio González Iglesias, profesor de Historia de la Odontología, publicado aquí, un dentista de principios del siglo XVIII necesitaba poco material y escaso instrumental en su día a día, ya que la práctica odontológica estaba todavía desarrollándose. A medida que ésta alcanzó un mayor grado de complejidad técnica, también lo hicieron los materiales que se necesitaban. En esta época, los dentistas más modestos conseguían su material recurriendo a herreros y cuchilleros y los que trataban a reyes y nobles recurrían a la importación de instrumental de París con el que podía aprenderse anatomía y practicarse la cirugía bucal de la época. Además, algunos dentistas viajaban al extranjero e importaban género con intención de revenderlo.
Así, los depósitos dentales no comenzaron a establecerse en España hasta bien entrado el siglo XIX cuando las necesidades de la práctica se dispararon. Surgieron entonces manufacturas especializadas y de forma natural, aparecieron empresarios que montaban un almacén y que adquirieron los derechos de representación de las grandes casas internacionales de materiales: White, Ash, De Trey…
Uno de los pioneros de tales empresas fue don Benigno Joaquín Martínez, que comenzó su actividad en Madrid hacia 1852 en la calle de Hortaleza. Por primera vez un empresario, y no un dentista, se encargaba de vender material odontológico. En 1872, don Cayetano Triviño también organizó un depósito dental, además de editar la Revista de Odontología. Triviño viajó a Inglaterra y Francia, donde se puso en contacto con las principales fábricas de productos dentales para representantes en España. El catálogo de productos fue aumentando con el tiempo, y se completó con dientes, oro y pastas para empastar modelos para orificar, botadores y escarbadores para limpieza del sarro, limas de acero inglesas, prensas para cerrar coquillas, tornos de pie para taller, vulcanizadoras, así como docenas de fórceps para dientes, muelas, colmillos, raigones, etc. No faltaban los sillones para operaciones, de terciopelo y muy arcaicos que se elevaban y descendían por medio de manivelas. Con el tiempo, la clientela se extendió por toda España y empezaron a distribuir por todo el país.
En la última década del siglo XIX florecieron ya muchos depósitos dentales, que no solo se dedicaban a vender aparatos e instrumental, sino que se preocupaban por los problemas incluso académicos de sus clientes, editaban periódicos o propiciaban la creación de centros de estudios. Fue éste un decenio esencial para el desarrollo y la mejora de la Odontología española.
Ya en el siglo XX estaban sentadas las bases de los actuales depósitos dentales. Uno de los más importantes fue la Compañía Dental Española, que nació por iniciativa de don Florestán Aguilar, quien fundó en Cádiz la revista La Odontología y un pequeño depósito dental, que fue creciendo hasta convertirse en el más importante del país y que promocionó actividades como exposiciones en congresos, ediciones de textos, becas y muchas más.
La revolución actual: el depósito dental online
Los depósitos dentales siguieron teniendo más o menos la misma estructura hasta comienzos de los años dos mil. ¿Qué ocurrió en ese momento? Irrumpió en nuestras vidas el comercio online. Al principio muy poco a poco, pero, actualmente y según Incentro, basándonos solo en el e-commerce en España, se calcula que el 71% de los españoles realizan habitualmente compras por internet, lo que da una suma de más de 20 millones de personas, solo en nuestro país. Lo que ha hecho que el consumo por internet se dispare ha sido, principalmente:
- La mejora de la seguridad en los medios de pago.
- La accesibilidad a cualquier producto por parte del usuario.
- Los precios tan competitivos que podemos encontrar hoy en día en la red.
- La mejora de la logística, pasando de un tiempo medio en la recepción de la compra de 2/3 semanas a menos de 12 horas.
Debido a estos factores, también el sector de los depósitos dentales fue actualizándose para vender de otra forma. Primero creando sus páginas web y después, tiendas online. El último paso, por ahora, son depósitos dentales que solo operan a través de lo digital, sin tienda física. Por ejemplo, en 2011 se fundó Bracket 360, el primer e-commerce en España de este tipo de productos. Desde el comienzo, uno de los objetivos principales fue ofrecer una experiencia de usuario cómoda, intuitiva y rápida para diferenciarse de los pesados catálogos usuales en el sector.
Ventajas de los depósitos dentales online
- Amplio stock de productos actualizado, para satisfacer los requerimientos de la consulta de ortodoncia.
- Productos de excelente calidad a precios altamente competitivos.
- Comodidad para efectuar los pedidos a través de la web con información detallada.
- Plataforma de compra ágil, sencilla y confiable.
- Aunque la compra es mayoritariamente a través de la web, en las e-commerce de calidad hay siempre una atención telefónica personalizada para información técnica y pedidos.
- Entregas rápidas y seguras en 24-48 horas.
- Opciones de pago cómodos y confiables a través de la web.
- Rápida solución de incidencias vía telefónica o correo electrónico.