En la actualidad sigue existiendo el debate clásico entre dos tipos de brackets: los metálicos y los estéticos. Con respecto a esto nos podemos hacer las siguientes preguntas: ¿Cuáles son los más indicados? ¿El tiempo de tratamiento es el mismo? ¿Por qué existen diferentes tipos de brackets estéticos?
Estas preguntas y quizás muchas más nos las cuestionamos los ortodoncistas en nuestro día a día cuando queremos ofrecer el mejor plan de tratamiento al paciente. Es cierto que, en la actualidad, con la llegada de la ortodoncia invisible, estas cuestiones pudieran parecer que quedan en un segundo plano, ya que la ortodoncia plástica es cada vez más demandada. Pero, en mi opinión, la realidad es bien distinta, ya que creo que la ortodoncia convencional ha sido, es y seguirá siendo el pilar fundamental de nuestra ortodoncia y que, sin ella , no podríamos realizar todos los conceptos básicos de la mecánica clínica en ortodoncia. La ortodoncia convencional ha supuesto y seguirá suponiendo una gran herramienta para todos los ortodoncistas.
Por tanto, ¿qué diferencias hay entre los brackets metálicos y los brackets estéticos? ¿Los distingue solo el material del que están hechos? ¿Existen otras factores que los hacen diferentes?
Ciertamente, los brackets metálicos de Bracket 360 son el caballo ganador en la mayoría de mis tratamientos de ortodoncia, ya sea en pacientes infantiles, pacientes adultos o pacientes con tratamientos de cirugía ortognática, donde debo prepararlos para la cirugía. Son mi caballo ganador, mi aliado, mi herramienta de trabajo. Trabajar con los brackets metálicos, ya sean convencionales, con la prescripción que trabajemos (Roth o MBT) o autoligados (pasivos o activos), ofrece, o al menos a me ofrece, trabajar con solidez, ya que el material de acero inoxidable me permite trabajar durante todo el tratamiento con los brackets estables. Otra de las características que me ofrecen es la solvencia que me permite en mis casos, en la parte de la colocación (cementado), en la apertura y cierre de las tapas en el caso de los brackets de autoligado, en la limpieza de los mismos en las visitas mensuales… Todas estas características serían propias no solo de los brackets metálicos, sino de cualquier bracket ideal.
Paciente con Brackets de autoligado pasivo estético prescripción MBT (0,22”) y paciente con brackets de autoligado pasivo metálico prescripción MBT (0,22”). Imágenes cedidas por la Dra. Eva Bustillo Hernández.
Por el contrario, cuando un paciente nos demanda estética, hoy en día, el primer foco y pensamiento nos inclinará hacia la ortodoncia transparente: «Doctora, yo quiero eso transparente que aparece en la tele», me comentan muchas veces. Ciertamente los alineadores transparentes están ganando terreno con fuerza y parece que se nos ciega el resto de los sistemas que existen para tratar a los pacientes. Una muy buena alternativa, no quiero decir la mejor, para los pacientes que demandan estética y no quieren colocarse brackets metálicos y por razones económicas no quieren aumentar su presupuesto son los brackets estéticos. Estos tienen una muy buena indicación para la estética del paciente y hoy en día existen varios materiales, como cerámico y zafiro que ofrecen una invisibilidad casi completa, sin olvidarnos de que llevamos ortodoncia, claro está. Este tipo de brackets tienen muy «mala fama» en los pacientes por las roturas que pueden provocar, porque tienen miedo de que se tiñan y porque se piensan que el tiempo de tratamiento y los movimientos clínicos son diferentes. Pero nada más lejos de la realidad: los Brackets estéticos de Bracket 360 proporcionan seguridad a lo largo del tratamiento, estabilidad (ya que la coloración del material no se debe nunca a los brackets, si no a las ligaduras que rodean los brackets para sostener el arco), y como no, proporcionan esa estética tan demandada hoy en día por nuestros pacientes.
CONCLUSIÓN
Llegar a una conclusión final en el mundo de la ortodoncia ahora mismo, con tantas opciones en nuestras manos, es una tarea difícil, pero creo que, como en todo, poner el sentido común en el centro de nuestras decisiones nos hará tomar una buena decisión, por lo menos la mejor para nuestros pacientes.
A la hora de decidirnos, sobre brackets metálicos o brackets estéticos creo que la respuesta estaría mas bien enfocada hacia nuestro paciente: ¿Qué le puedo ofrecer yo a mi paciente para hacerle un buen tratamiento? Actualmente estamos repletos de opciones y la ortodoncia no será menos en este aspecto. Tenemos todas las opciones que queremos, desde brackets sin prescripción hasta brackets estandarizados de manera digital y personalizados para cada paciente y diente, pasando por ortodoncia invisible hasta distintos materiales para los diferentes tipos de brackets. Entonces, ¿cómo elegir la mejor opción? ¿Cómo no equivocarnos? Pues bien, creo que cada tipo de sistema es idóneo para el paciente si así lo has elegido y no olvidando el sentido común en todas nuestras (mis) decisiones, que debe de estar por encima en todas las decisiones, haciendo un buen diagnóstico clínico (registros iniciales ), un plan de tratamiento (dónde quiero llegar con este paciente y qué herramientas tengo para conseguirlo ), los objetivos clínicos (estéticos , funcionales…) y una buena historia clínica (tratamientos anteriores de ortodoncia, enfermedades, historia clínica ortodóncica…).
Por tanto, no debemos desterrar a los sistemas convencionales de ortodoncia, que hoy en día , sin ellos, cualquier sistema clínico no serviría, son los que nos han dado las bases y el conocimiento y así lo creo, para entender mejor el movimiento de los dientes y la mecánica clínica en ortodoncia . Cualquier herramienta y sistema es válido , siempre y cuando tengamos los conocimientos para ello.
* Consulta otros artículos de la doctora Eva Bustillo AQUÍ.